Un coagulante (también conocido como floculante) se utiliza para la agregación o floculación de las partículas coloidales más pequeñas de suciedad en líquidos. Las sustancias se utilizan de diversas maneras, por ejemplo, en plantas de tratamiento de aguas residuales, en la decoloración del agua potable (eliminación de sustancias húmicas), en piscinas, fábricas de papel o en procesos industriales. Las sales metálicas trivalentes como las sales de hierro (III) y las sales de aluminio, pero también otros formadores de hidróxido como la lechada de cal, la sosa o el aluminato de sodio se utilizan principalmente como floculantes. Los floculantes forman microflocs más grandes de los coloides, que pueden ser fácilmente eliminados por filtración. Si se desea la eliminación de sólidos por sedimentación o flotación, además del floculante, que forma macroflocs más grandes a partir de los microflocs, se utiliza un medio de floculación.