Emisiones y qué hacer al respecto
al utilizar los propios fertilizantes de la granja
Y cómo los ácidos húmicos pueden contribuir a la reducción
El óxido nitroso, conocido como gas hilarante, es un subproducto natural de los procesos de nitrificación y desnitrificación bacteriana en suelos y océanos, y forma parte integrante del ciclo del nitrógeno. A pesar de su concentración relativamente baja en comparación con el CO2, es uno de los tres principales gases de efecto invernadero y es responsable de alrededor del 7% del calentamiento global antropogénico. Para minimizar el impacto de la crisis climática, es esencial reducir las emisiones de óxido nitroso, y los ácidos húmicos han desempeñado un papel importante en este sentido durante décadas.
La relevancia del óxido nitroso para el clima es inmensa
La concentración de óxido nitroso en la atmósfera se sitúa actualmente en torno a un 20% por encima de los niveles preindustriales. Una gran proporción de las emisiones mundiales, concretamente casi dos tercios, procede de la agricultura, y la tendencia va en aumento. Esto plantea un reto considerable, ya que el óxido nitroso tiene un potencial de calentamiento global hasta 300 veces mayor que el dióxido de carbono.
Emisiones de óxido nitroso - antropogénicas y en aumento
Una fuente agrícola fundamental de emisiones de óxido nitroso es el uso de abonos minerales y orgánicos y de residuos de cultivos. Las emisiones de los fertilizantes orgánicos, en particular, son significativamente más altas que las de los fertilizantes minerales. Según estudios internacionales, el aumento de la demanda de alimentos y piensos debido al crecimiento de la población mundial y a los cambios en los hábitos alimentarios ha provocado un incremento global de las emisiones de óxido nitroso en las últimas décadas, principalmente como consecuencia del aumento del número de cabezas de ganado.
El problema de la fertilización excesiva
Uno de los principales problemas es la fertilización excesiva, que supera la capacidad de absorción de las plantas. Esto se debe en parte a las grandes cantidades de abono orgánico producido por las grandes cabañas ganaderas y aplicado a los campos. Además, las condiciones climáticas y las condiciones generales del suelo, así como los métodos de fertilización, influyen en el nivel de emisiones de óxido nitroso.
Estrategias para reducir las emisiones
En Europa, por ejemplo, se ha demostrado que es posible reducir las emisiones de óxido nitroso, ya que aquí las emisiones disminuyen desde hace décadas, contrariamente a la tendencia mundial. La fertilización precisa y la determinación exacta de las necesidades de abono de las plantas, que minimiza la nitrificación, desempeñan un papel fundamental. También hay que tener en cuenta el equilibrio de humus del suelo y la composición del abono orgánico. Una reducción de la cabaña ganadera también puede reducir la cantidad de estiércol producido y mejorar el balance de nitrógeno. Un marco jurídico favorable es esencial para la aplicación realizable de estas medidas.
Inhibición de la nitrificación con ácidos húmicos
La adición de inhibidores de la nitrificación a los abonos puede reducir la nitrificación y, por tanto, la emisión de óxido nitroso de los abonos orgánicos. Los participantes en la Conferencia Internacional del Lago de Constanza sobre el Tratamiento de los Abonos, celebrada en 2009, confirmaron que los productos a base de lignito, como los ácidos húmicos, figuran entre los agentes más eficaces en el tratamiento de los abonos. Pueden reducir las emisiones hasta en un 99%. Productos como POWHUMUS® WSG 85, con un alto contenido en sustancias húmicas, son especialmente eficaces en la adsorción de gases y olores nocivos y favorecen la producción de estiércol de alta calidad.
Otras ventajas de los ácidos húmicos
Además de reducir las emisiones de óxido nitroso, los ácidos húmicos también reducen la emisión de otros gases nocivos como el metano, el sulfuro de hidrógeno y el amoníaco hasta en un 99%. Estudios realizados por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Lausitz demuestran que las unidades de olor de los purines tratados con ácidos húmicos disminuyen en un 75% al cabo de pocas horas. Los ácidos húmicos también mejoran la calidad del suelo tras la aplicación de fertilizantes al estimular la biología del suelo, aumentar la disponibilidad de nutrientes y optimizar el equilibrio hídrico en el sistema suelo-planta.
Los productos a base de ácidos húmicos pueden desempeñar un papel central en una estrategia holística de adaptación de la agricultura al cambio climático. Su fácil manejo y su modo de acción seguro los convierten en valiosos aliados para un suelo fértil y la reducción de emisiones.
COMENTARIOS
Sin comentarios