Calor persistente, sequía, lluvias torrenciales e inundaciones: el número de fenómenos meteorológicos extremos aumenta constantemente en todo el mundo. Con consecuencias considerables para la agricultura y la seguridad alimentaria mundial. Los ácidos húmicos pueden ayudar a reducir los efectos del clima extremo en el sensible sistema suelo-planta.

Las plantas y el clima

Debido a su genética, la mayoría de las plantas de cultivo dependen de condiciones ambientales óptimas para lograr los rendimientos deseados. En altas temperaturas y bajas precipitaciones, rápidamente entran en estrés por sequía. La consecuencia para la agricultura: considerables pérdidas de cosechas. Pero incluso con suficiente rendimiento, el clima extremo tiene efectos negativos en las plantas. Ya no producen ciertos micronutrientes que son esenciales para las funciones del cuerpo humano y, por lo tanto, son menos nutritivos.

El suelo y el clima

Las condiciones ambientales como la temperatura y la precipitación también tienen un efecto fundamental en los procesos naturales del suelo. Las altas temperaturas favorecen los procesos de conversión en los suelos por parte de los microorganismos. El balance de humus se vuelve negativo y se produce una descomposición de humus a gran escala. La fertilidad del suelo disminuye, la miga del suelo se vuelve inestable y el suelo es susceptible a la erosión. La pérdida de humus también hace que el suelo almacene menos agua y nutrientes. Tales suelos degradados son fácilmente lavados o arrastrados por el viento. Sin medidas específicas para acumular humus, comienza la espiral de desertificación.

Ácidos húmicos - Para la estabilidad en el sistema suelo-planta

Para adaptarse al cambio climático y asegurar el suministro de alimentos, es necesario estabilizar el sistema suelo-planta y aumentar su resistencia al estrés. El ácido húmico, una parte de las sustancias húmicas que se encuentran en la turba y el lignito (blando), por ejemplo, puede hacer una contribución considerable en este sentido.

Por qué: Los ácidos húmicos mejoran la calidad y la estructura del suelo y estimulan el crecimiento de las plantas. Forman complejos arcillo-húmicos estables que son menos susceptibles a la erosión y aumentan la capacidad de retención de agua del suelo. Las fuertes lluvias o la sequía persistente son menos peligrosas para las plantas y la vida del suelo.

Los ácidos húmicos también estimulan el crecimiento y la reproducción de microorganismos y bacterias deseables, promoviendo así la formación de humus. Se unen a los nutrientes y los mantienen disponibles para las plantas. Los preparados de ácidos húmicos fortalecen el crecimiento de las raíces de las plantas, de modo que también pueden alcanzar reservas de agua almacenada más profundas y están mejor provistas de nutrientes.

De cara al futuro, la agricultura necesita urgentemente adaptarse al cambio climático. Debido a sus excelentes propiedades y su efecto positivo en el sistema suelo-planta, la aplicación de ácidos húmicos puede hacer una contribución inestimable a esta adaptación. Así pues, los agricultores seguirán produciendo suficientes alimentos de la mejor calidad en el futuro.

¿También ha tenido ya experiencia con los ácidos húmicos? ¿Qué hace para mejorar el equilibrio del humus en su campo? Comparta su experiencia y conocimientos y ayude a promover el desarrollo del humus en todo el mundo.